Las ultimas palabras de La casa de Bernarda Alba son como así:
“Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio! ¡A callar he dicho! ¡Las lágrimas cuando estés sola! ¡Nos hundiremos todas en un mar de luto! Ella, la hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído? Silencio, silencio he dicho. ¡Silencio!”
A final de la obra de teatro La casa de Bernardo Alba, la hija menor de Bernarda se suicida a resulta de la represión que ella se sentía y del impulso de vivir sin la ansiedad y la tensión que existía debajo del techo de la casa de su madre. Cuando Bernardo vio a su hija muerta, ella no mostró ninguna emoción según lo que había escrito Lorca. En cambio ella declaró el susodicho. Ella dijo esto sin la producción de una lágrima, hablando en una manera completamente al opuesto de lo que una madre normal actuaría si ella hubiera atestiguado esta situación.
Bernarda era siempre una mujer que estaba preocupada por lo que otras personas pensaban en ella y su familia. La apariencia de la familia era la cosa más importante para Bernarda. Ella es preocupada por las ideas de tradición y en particular, el papel de las mujeres en la sociedad. Después de la muerte de su hija, ella tenía una preocupación mayor para informar a otras personas que su hija murió todavía una virgen, que la muerte sí mismo. Además, nadie eran permitido a llorar o mostrar ninguna emoción, porque todo esto ella consideró un signo de debilidad. Ella tuvo que mantener la “fachada” de la familia más que todo. Todo esto es ejemplar de un dictador, alguien que sólo está preocupado con el estado más que el individuo. Por eso la personaje de Bernarda puede ser una referencia a Francisco Franco.
Después de la muerte de Adela, el silencio que Bernarda exigido, había seguido afectando la casa en una manera en la que se podía ver algunos paralelos históricos que ocurrieron después de la caída del régimen de Franco. Incluso después de la caída de Franco, "un silencio" similar que siguió molestando la casa de Alba, también podría ser visto en la sociedad española en los años después de la guerra civil. Franco mantuvo su control en España por la puesta en práctica de algunas medidas severas: la supresión opiniones distantes por su censura y coacción. Después de la caída de su poder, "el silencio" sigue afectando la sociedad española, porque muchas personas tuvieron miedo que algo pudiera pasar.
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